Por: Brayan Enrique Martínez y Sonia Yineth Delgado, Agentes de Cambio por la Paz. Durante esta semana se llevaron a cabo diversas actividades litúrgicas que permitieron el recogimiento de la comunidad, así como de los jóvenes estudiantes que acompañaron la misión. Al mismo tiempo, se realizaron visitas a los hogares que conforman la vereda, en las que cada uno de sus habitantes reflejó el gran carisma que los caracteriza, así como el amor por su tierra, lo que los impulsa a labrar en ella día a día.
De igual manera, se realizaron actividades lúdicas que incentivaron la participación de los miembros de cada familia, que aunque no fue pronta, logró ser activa a lo largo de las visitas. Entre cada tinto, cada compartir y cada momento de alegría se dieron a conocer algunas de las creencias y tradiciones propias de la zona, como cocinar envueltos en la Semana Mayor, y donde algunos de los Agentes de Cambio tuvieron la posibilidad de compartir esta experiencia con habitantes de la zona. En una de estas visitas, se encontró un caso particular: una de las casas más humildes y destacadas de la vereda fue construida con más de 10 años de labor incansable por parte de una pareja, que en este momento es perteneciente a la tercera edad, la señora Claudina y el Señor Sierra, un claro ejemplo de que con amor incondicional y apoyo mutuo se pueden lograr grandes cosas, como la crianza progresiva de cuatro hijos en momentos difíciles y el sostenimiento de una relación matrimonial estable y hermosa de más de 58 años. Este, al igual que todos los demás hogares, brindó su total atención y hospitalidad al grupo misionero con lo que lograron conmover y cautivar partiendo de anécdotas y relatos de tiempos pasados vividos en esas tierras. Es así como se construye país, es así como desde la humildad y el cariño de una comunidad campesina aprendemos los estudiantes de la Universidad Santo Tomás a ser hombres y mujeres libres y críticos, que le apuestan a defender la vida y a transformar la sociedad.