En el evento académico se dieron a conocer los estándares internacionales relativos a la corrupción y los derechos humanos, y se analizaron los impactos.
La Convención de las Naciones Unidas contra la corrupción señala que este flagelo socava la democracia y el Estado de derecho, y conduce a violaciones de los derechos humanos, distorsiona los mercados, erosiona la calidad de vida y permite que florezca el crimen organizado, el terrorismo y otras amenazas a la seguridad humana.
El Rector General de la Universidad Santo Tomás, Fray Juan Ubaldo LÓPEZ SALAMANCA, O. P., les dio la bienvenida a los organismos internacionales y les agradeció por elegir al Primer Claustro Universitario de Colombia como sede del foro, que aborda un tema tan trascendental para el país y el mundo. “Para la USTA es muy importante estrechar lazos con los organizamos internacionales de promoción y defensa de los derechos humanos”, dijo.
El Rector General acuñó las palabras del Papa Francisco en su reciente visita a Perú: “La corrupción cuánto mal le hace a nuestros pueblos latinoamericanos y a las democracias de este bendito continente; ese virus social, un fenómeno que lo infecta todo, siendo los pobres y la madre tierra los más perjudicados”.
Fray Juan Ubaldo insistió en la necesidad de buscar la transparencia y la probidad en las actividades públicas como elementos fundamentales en el ejercicio de la democracia.
Sobre el papel de la academia subrayó que la formación de los futuros dirigentes del país es determinante, pues en ese cambio de mentalidad se cifra un aspecto central para enfrentar la corrupción. “No solo es un problema de medidas jurídicas y políticas, sino de compromiso con los valores sociales a través de una educación de calidad”, expresó.
Por su parte, la Vicepresidenta de la República Marta Lucía Ramírez, resaltó la iniciativa de la USTA y del Rector General por facilitar este tipo de espacios académicos que permiten identificar dónde están los vacíos de la corrupción como fenómeno multiofensivo que debilita a las instituciones e incrementa las brechas de desigualdad y pobreza.
“Me gusta muchísimo esta iniciativa de la USTA, porque nosotros realmente creemos que en la academia hay mucha capacidad de investigación que puede coadyuvar en la lucha contra la corrupción”, indicó la Vicepresidenta.
Agregó que con el trabajo de la academia se pueden identificar instrumentos y lugares donde actualmente hay mayores riesgos de corrupción. Además, instó a todos los actores políticos y sociales del país para que trabajen conjuntamente en la lucha contra este flagelo. “Hago un llamado para que trabajemos de la mano, Colombia es un país que quiere dejar atrás el pasado para encontrar un futuro esperanzador donde haya progreso, y debemos construirlo entre todos”, dijo.
En su intervención, Francisco José Eguiguren Praeli, Comisionado de la CIDH, aseguró que la corrupción es un obstáculo que conspira contra los derechos humanos y que se debe empezar a trabajar con más organizaciones a fin de contrarrestar este flagelo. “Es un monstruo grande que pisa fuerte y nos puede pulverizar; por eso tenemos que sumar esfuerzos desde todos los sectores para trabajar en esta línea cada vez más delgada”, indicó.
El experto del Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales de la ONU Rodrigo Uprimny, comentó que desde la academia se debe empezar por reflexionar sobre sanciones eficaces en el escenario de la corrupción, pues esto afecta la cultura democrática. Agregó que se debe pensar en medidas preventivas que se promuevan desde la academia.
Uprimny cerró el foro con una reflexión sobre la cultura del colombiano como un componente social sobre la corrupción: “El colombiano se indigna con la corrupción ajena pero tiene incorporada una cultura de la viveza que legitima la corrupción”.