Por: Angie Carolina Torres Ruiz - Docente Maestría en Planeación para el Desarrollo
La Red, animada por “el urgente llamado de Dios a cuidar la Casa Común que está en inminente riesgo y a avanzar en la construcción de espacios de reflexión y acción de ecología integral”, convocó al diálogo entre miembros del grupo y expertos invitados. En el encuentro se dieron cita 25 participantes provenientes de México, Honduras, Guatemala, Perú, Chile, Brasil, Colombia, Argentina y Uruguay.
En el horizonte de reflexión, estuvieron presentes documentos eclesiales como la encíclica Laudato Si del Papa Francisco, la Carta Pastoral Discípulos Misioneros Custodios de la Casa Común de los obispos del CELAM y el Llamamiento Ecuménico a la Paz Justa del Consejo Mundial de Iglesias; igualmente, fueron compartidas reflexiones de contexto sobre el extractivismo en América Latina desde las experiencias locales, junto a la presentación de un panorama general de la región, a cargo de Eduardo Gudynas del Centro Latinoamericano de Ecología Social (CLAES).
Frente a la evidencia acumulada disponible sobre los diversos impactos generados por el modelo extractivista, la pregunta por el papel de las iglesias y las espiritualidades en la conversión ecológica contó con la participación de la docente Angie Torres, quien desde su experiencia en la investigación sobre megaproyectos de desarrollo en Colombia, compartió en torno a la denominada Teología de la prosperidad y del progreso, como uno de los discursos legitimadores, movilizador de instituciones extractivas e inmovilizador de alternativas.
Junto a la necesidad de transformar el modelo de crecimiento vía extractivismo minero-energético, se reconoció el papel que tienen las espiritualidades en su validación o en su crítica para la transformación. Aquellas espiritualidades comprometidas con el acompañamiento a comunidades afectadas por megaproyectos pueden ser fuerza movilizadora tanto para los procesos sociales como para la construcción de alternativas, desde aquellas que pasan por modificar prácticas cotidianas de consumo e incluso aquellas que enfrentan procesos ante tribunales internacionales.
El encuentro que concluyó con una jornada de planeación del grupo de la red para los siguientes cuatro años, se solidarizó con los líderes y lideresas ambientales de América Latina cada vez más amenazados. Escuchar, visibilizar, acompañar y proteger sus derechos, es una tarea compartida. Cabe destacar que ese espíritu de diálogo y solidaridad fue el que expresó la comunidad tomasina con el acto simbólico y con el primer conversatorio sobre Hidroituango, también el pasado mes de febrero.
Para más información sobre la Red Iglesias y Minería: https://iglesiasymineria.org/