Las necesidades, hábitos y canales de compra cambiaron repentinamente y las empresas y emprendimientos tuvieron que adaptarse a una nueva normalidad mediada por la tecnología. La academia tiene la responsabilidad de contribuir a que los profesionales del futuro cuenten con las herramientas para desempeñarse de manera exitosa en ella.
Todos los planes que se hicieron en el 2019 para este año quedaron en el papel. La pandemia sorprendió a la sociedad y obligó a los distintos sectores de la economía a adaptarse en tiempo récord a unas condiciones sin precedentes. Son tantas las lecciones y los cambios de los últimos meses que resulta inverosímil pensar que las cosas van a volver a ser como antes.
Continúa leyendo la noticia publicada por la Revista Semana el 14 de diciembre de 2020